jueves, 4 de enero de 2018

Antonio González Paz: El camino de nuestra Señora. Por Bert Daelemans

González Paz, Antonio: El camino de nuestra Señora. Conocer, amar y servir a María. PPC, Madrid 2016. 298 páginas. Comentario realizado por Bert Daelemans.

¡Qué maravilla tener en mano un libro que ayuda a entrar en oración; un método, una guía que hace rezar! Pocos, es cierto, ponen en camino ofreciendo una dinámica, desarrollando un proceso, respetando el ritmo del lector. Conviene además, sin duda, alabar el cuidadoso trabajo editorial a la hora de introducirnos en el camino de nuestra Señora. 

En efecto, contemplando más de veinte cuadros y relieves seguimos a la Virgen en su peregrinación por el mundo. De inspiración marianista, este camino arranca, cómo no, en casa de Juan, quien “la acogió en su casa” (cf. Jn 19, 27). El autor, sacerdote marianista, ya mostró el acierto de tal camino contemplativo y espiritual en su libro Amar lo que se cree: Propuestas para rezar con el Credo (PPC, 2012). Ahora propone una plantilla similar para seguir el camino de la Virgen, hecha acogida, oración, Madre y don. 

El libro, escrito con motivo del bicentenario de la fundación de la vida religiosa en el seno de la familia marianista, consta de dos partes: “El camino de María” y “Etapas de una peregrinación”. La primera parte presenta, a partir de la contemplación de cuatro relieves de Antonio Oteiza, el camino de fe de la Virgen. La segunda parte, más amplia, recorre la historia del arte escogiendo 17 cuadros por su “belleza estética, el tratamiento catequético y su capacidad evocadora” para acompañar todos los textos bíblicos en los cuales aparece la Virgen, desde la Anunciación hasta su Asunción, para mejor “conocer, amar y servir a María”, el lema del año jubilar marianista.

Los capítulos, etapas o descansos en el camino, ofrecen pautas para contemplar el arte, conocer mejor a María, compartir en comunidad y rezar con la Virgen, compilando textos de la Sagrada Escritura, de los documentos del Concilio Vaticano II, del papa Francisco, del beato Guillermo José Chaminade, fundador de la familia marianista, y de Adela de Batz de Trenquelléon, fundadora de las religiosas marianistas. Orar con las palabras de otros, afirma el autor, “ayuda a desapropiarse de uno mismo y a penetrar en la experiencia de los demás” y a abrirse “a otras formulaciones y sensibilidades”. 

Cada contemplación desemboca en algún poema de la rica tradición literaria, sobre todo del Siglo de Oro español (Santa Teresa, San Juan de la Cruz, Juan López de Úbeda, Fray Luis de Granada) pero también Luis Cernuda y Gerardo Diego enriquecen el camino interior del orante. Las pautas sencillas de este método ayudan a comprender mejor tanto el arte como la Biblia no solo como un camino hacia Dios, sino sobre todo como un camino de Dios hacia nosotros; ayudan sobre todo a comprender mejor a María, esta mujer discreta, sencilla y apasionada, Madre de nuestra fe que encontramos a lo largo de estas páginas. Es un libro para leer contemplando, rezar leyendo y disfrutar rezando.

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