lunes, 26 de noviembre de 2012

Audur Ava Ólafsdóttir: Rosa candida. Por Javier Sánchez Villegas

Ólafsdóttir, Audur Ava: Rosa candida. Alfaguara, Madrid, 2011 (edición original de 2007). 271 páginas. Traducción de Enrique Bernárdez. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.


Hacía tiempo que no leía una novela tan fresca, deslumbrante, intimista y colorista. El otro día fuimos Cristina y yo a una librería y veo que compra dos ejemplares. Sí, dos. Me dijo que era una novela que se la había recomendado Dolores y que, por principio, tenía que ser buena, tan buena que le regalase una a mi madre. Así lo hice. Y ahora que escribo a pie de cama de hospital, y que he tenido tiempo de sobra para leer, reconozco dos cosas: primero, que la novela es espectacular. Segundo, que a mi madre le va a encantar en cuanto tenga fuerzas para leer.

Antes de hablar de la novela, tengo que reconocer ante vosotros que desconozco por completo la literatura islandesa. No sabría decir el nombre de ningún autor islandés de toda su historia. Y seguro que será muy rica y variada. No lo pongo en duda. Pero está claro que no se puede saber de todo. En cualquier caso, sí me aventuro a decir que mi primer contacto con la narrativa islandesa ha sido una maravilla.

Trasteando por Internet, de Ólafsdóttir solamente he descubierto que nació en Reikiavik en 1958. Es profesora de Historia del Arte en la Universidad de Islandia y directora del Museo de la Universidad de Islandia. Además de la novela que estamos comentando, es autora de las novelas Upphakkud (Tierra levantada, 1998) y Rigning i nóvember (Lluvia de noviembre, 2004). Esta última novela ha sido publicada en castellano hace pocas semanas con el título de La mujer es una isla, también en Alfaguara. Con Rosa candida ha obtenido muchísimos premios, tanto en Islandia como en Francia o Canadá. A juzgar por las pilas de libros que he visto de esta autora en varias librerías, me atrevería a decir que en España está teniendo muchísimo éxito. Como ya dije más arriba, creo que merecido.

Lo primero que llama la atención de esta novela es el título: Rosa candida. Cualquiera podría decir que contiene una errata que se les ha pasado a los editores (cándida en castellano tiene tilde en la primera sílaba). Hasta que no entras en la lectura del libro no te das cuenta de que hace referencia a una especie de rosa de ocho pétalos y sin espinas que se llama así, y que el título recoge su término científico en latín (y como consecuencia, no tiene tilde). Curioso.

Audur Ava Ólafsdóttir
La novela tiene como protagonista a Arnljótur (nombre difícil de pronunciar por estas latitudes), un joven que decide abandonar su casa y su país tras la muerte de su madre en un accidente de tráfico. Su familia queda compuesta por su padre, un octogenario cuya máxima ilusión en la vida es ver felices a sus hijos, y un hermano gemelo autista (Jósef). Arnljótur se marcha, pues, al extranjero (no se dice a dónde) a pasar una temporada para arreglar el jardín de un monasterio. Su trabajo le evoca el invernadero donde pasaba su madre tantas horas cultivando plantas, sobre todo rosas, y donde él aprendió y se contagió de su pasión por las flores. Pero en el invernadero pasaron más cosas que él no quiere recordar. Arnljótur, todos los días, dedica un tiempo a conversar con el abad. La excusa es que este es un experto en cine (y le gusta ver las películas en su versión original), lo cual posibilita profundizar en temas de todo tipo. Así, la relación de confianza que se establece entre ellos le lleva a abrir su corazón al abad en todos los niveles de intimidad. Poco a poco Arnljótur se va encontrando consigo mismo y consigue poner en orden muchos elementos de su vida que conformaban su caos interior.
Sin embargo, su vida se ve alterada por la aparición de una antigua chica, Anna, que fue amor de una sola noche. En aquel invernadero pasaron unas horas locas, fruto de las cuales nació una niña. Arnljótur tiene que enfrentarse a ejercer el papel de padre. No se siente preparado, pero quiere estar a la altura. Así, surge el conflicto interior, que se resuelve con una huida hacia adelante. No os cuento más, que os fastidio vuestra lectura.

De esta novela destacaría el análisis psicológico y la evolución de los personajes. En ocasiones, uno tiene la impresión de que están cambiados el de Anna y el de Arnljótur, si nos atenemos estrictamente a su comportamiento. Anna excesivamente centrada en su tesis, y Arnljótur en su paternidad. Al final, todo cuadra, aunque a mí me hubiera gustado otro final.

En fin, novela recomendable. Merecen la pena los diálogos entre Arnljótur y el sacerdote abad del monasterio. Por ellos pasan todo lo divino y lo humano. Y te invitan a reflexionar sobre lo que es la vida en realidad y sobre cómo la imaginaste en tus sueños de juventud. A veces, saber aceptar las situaciones tal y como se presentan, o aferrarte a tus sueños pase lo que pase, pueden dar la clave de que tu vida sea feliz o no lo sea. Siempre he dicho que, para cualquier cosa en la vida, nos preparamos, hacemos cursos, vamos a la universidad. Pero esto no sucede cuando hablamos de vida en pareja y, mucho menos, cuando hablamos de paternidad. Traer niños al mundo es sumamente fácil, no hace falta ser muy listo para ello. Pero cuando hablamos de educación, eso es harina de otro costal. Y lo mismo sucede tanto a los hombres como a las mujeres. Ólafsdóttir quiere romper clichés y prejuicios establecidos, o por lo menos eso es lo que parece. Así, lo que debería ser un movimiento de amor y de buena voluntad hacia los hijos, puede llegar a convertirse en un canto al egoísmo y al yo por encima de todo. De esto sabemos mucho en nuestras sociedades opulentas en las que nos cuesta salir del "yo" para construir el "nosotros". Así nos va. Que Dios nos pille confesados.



1 comentario:

  1. Preciosa novela, bien escrita y con "mensaje". He disfrutado muchisimo su lectura y ciertamente la recomendaria a los amigos.

    Frente a mi vida de ejecutivo agresivo e hiperactivo el libro presenta otras maneras de entender la existencia, sumamente atractivas y que me han hecho pensar....

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